HACIENDO HISTORIA

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En primer lugar debo pedir disculpas a mi amigo Elio Galo: Lo tengo abandonado. No es mi costumbre, pero el trabajo se acumuló y, por aquello de que con él tengo confianza, he ido posponiendo multitud de temas que me han surgido a tratar en confidencia entre los silencios y las luces de su ciudad: Los Bañales.

A ti, querido amigo, dedico éste tiempo que empleé en preparar una charla que con el título “Haciendo Historia”, impartí recientemente en Caesaraugusta, mi querida Zaragoza.

Estuvo promovida por la Asociación DONA MEDULA ARAGÓN, personas que porque han padecido en ellas mismas o en familiares la enfermedad más temida de mi sociedad, el cáncer, se reúnen y trabajan para concienciar a la sociedad pidiendo una mayor investigación de la enfermedad y su curación a la vez que apoyan y ayudan a todos que, de un modo u otro, padecen la enfermedad

En dicha charla me propuse concienciar a los asistentes de que el pensar y razonar el ser humano, viene de antiguo, muy antiguo, en un momento en que todo parece nuevo porque alguien de ahora lo dice, cuando sus razonamientos proceden de la ley natural que llevamos impresa en nuestro interior o tal vez porque en algún momento leyó o escuchó algo que no rechazaba su sentido común y, considerándolo bueno, lo difundió.

Se como fuere, trascribo los aspectos más importantes de la charla que se apoyó, las más de las veces, en los clásicos, en estudios que se pueden encontrar en internet, en textos de mi biblioteca… todo aquello que llegó de un modo u otro a mis manos y consideré que sería bueno transmitir.

Todo comenzó así:

Presentación

Desde el momento en que el hombre tuvo consciencia de su existencia fue dejando huella de su cotidianeidad. Primero fueron toscos dibujos, pinturas… posteriormente grafitos, textos… a la vez que creaba herramientas, objetos domésticos, armas…elementos que hoy constituyen la cultura material de cualquier investigador de la antigüedad.

Si aquellos seres tenían sentido de trascendencia histórica, intencionalidad, no lo podemos saber, aunque podemos intuir, por comparación, por paralelismo con nuestros días, que sabían que era importante su quehacer ordinario y que a otros servirían su servicio y los ingenios creados; sus avances en materia de pensamiento irían configurando modelos de sociedad organizada hacia el bien común En qué modo sigue presente ése espíritu en el hombre de hoy es lo que vamos a tratar de redescubrir mientras seguimos Haciendo Historia

El Hombre es un ser histórico

Cuando se me planteó la idea de dar ésta charla me enteré que existía una asociación, Dona Médula, que se preocupaba de apoyar a personas que pasaban por una situación traumática como puede ser una enfermedad muy grave de nuestro tiempo y de la que tengo experiencia dolosa en la figura de un hijo, apoyo fundamental en mi vida tras la marcha, no menos traumática, de mi esposa.

La convicción moral en la que se apoyaba éste hijo, de su fuerza interior, no exenta de sombras cuando vivió en su propia existencia la incomprensión con que la sociedad contempla una enfermedad tan silenciosa, en ocasiones, que hacen creer a quienes rodean al que la padece “como algo excesiva su queja”, cuando ella no sólo acarrea el deterioro físico que produce sino además en de lo anímico por la impotencia y desgaste que supone luchar día a día, segundo a segundo el trabajar para vencerla.

Una persona muy querida me comentó que asistía a charlas sobre Cognición, esa capacidad que tiene el ser humano para conocer por medio de la percepción y los órganos del cerebro, a fin de poder conocerse mejor así mismo y, por ende, comprender mejor a los demás y que, creo yo, refuerza la Resiliencia humana, capacidad no menos importante que nos ayuda a crecernos ante las adversidades, ello nos lleva conversar sobre el hombre como ser histórico

Pienso en qué tema puede ser de interés y resultar provechoso lo que pueda decir. Y me pongo a buscar sabiendo lo de la cognición, todo aquello que puede ser útil para fortalecer nuestro conocimiento personal. Y encuentro en el enlace https://psicologos.mx/templo-de-apolo-delfos.php, una frase que harían suya filósofos y santos: “Nosce te ipsum”, Conócete a tí mismo

El Oráculo de Delfos

Templo de Apolo en Delfos

“Te advierto, quien quiera que fueres, ¡Oh! Tu que deseas sondear los arcanos de la Naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo, aquello que buscas tampoco podrás hallarlo fuera. Si tu ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿Cómo pretendes encontrar otras excelencias?. En ti se halla oculto el tesoro de los tesoros. Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses.”

Este texto, que sigue teniendo valor 2500 años después, está grabado en el Templo de Apolo, en Delfos construido en el siglo IV a.C,. y de él da cuenta Pausanías, un geógrafo viajero de la antigüedad que recorrería y describiría Grecia en diez libros dos siglos más tarde, define muy bien lo que los griegos pensaban sobre la importancia del conocimiento personal, invitándonos a caminar hacia la perfección. Nosotros podemos simplificarlo en lo citado “Conócete a ti mismo” que S. Agustín, Doctor de la Gracia, Padre de la Iglesia, siglo IV d.C., haría suyo cuando manifestaba, más o menos, que “… más vale conocerse a sí mismo que todas las maravillas que ofrece la naturaleza”

Pienso en mi y me pregunto, como punto de partida, “qué hago aquí” y llego a la conclusión, tal vez movido por mi dedicación a la arqueología más básica y simple que “aquí estoy haciendo Historia” y que un hombre normal, por extensión entiendo que todos la hacemos desde nuestro proceder diario, nuestros intereses y nuestras actividades. Todos dejamos rastro en lo físico en forma de hechos y restos y en lo emocional en forma de sentimientos y ambas formas de pasar por la vida servirán de enseñanza a quien nos siga.

En todo esto pensaba cuando rastreaba Internet buscando cosas que nos pudieran servir y descubro con sorpresa que un aragonés, turolense de Urrea de Gaén, Pedro Laín Entralgo, médico y filósofo, además de ensayista e historiador que vivió entre 1908 y 2001, ya había escrito algo sobre mi propuesta de charla. Su publicación se titula “Sobre el apoyo del hombre en la Historia” y se trata de un estudio crítico que publicó en 1944 en el número 17 de la Revista de Estudios Políticos. Sus reflexiones bien nos pueden servir hoy de punto de partida para pensar en qué hacemos aquí y cómo podemos continuar escribiendo la Historia.

En dicho artículo, Laín Entralgo se refiere al hombre no sólo como ser histórico, sino como eterno: “Su humana historicidad es rigurosamente incomprensible e inexplicable sin su condición de ente inmortal y eterno, sin su humana inmortalidad y eternidad y es que el hombre hace Historia cuando cuenta la Historia, investiga y explora la Historia para relatar lo que ha aprendido e investigado, siendo actor y relator, un cronista, que relata una serie de mudanzas del hombre tal como se reflejan en su conciencia”.

Comienza la Historia.

Cuando me jubilé pensé que era el momento de hacer lo que siempre había querido realizar: Cursar estudios superiores y dado que ya no ejercía mi profesión y los hijos ya eran mayores y parecía que mi vida laboral era cosa del pasado, etc, etc, pensamiento erróneo que descubro cada día, me matriculé en la UNED, en Historia Antigua.

Lo de la UNED y la Historia Antigua no llegó a término, pero sí sirvió para fortalecer lo que años anteriores sembró en mí la universidad mientras pude estudiar Pedagogía y Teología: Una inquietud en la que cabalgo todavía y que es querer saber quiénes fueron quienes me precedieron como humanos y como sociedad, a fin de entender mejor donde estoy y hacia donde se camina y como, protagonista que soy de mi tiempo, saber cómo puedo intervenir en el futuro con mi actuación presente.

Bien, pues ¿Cuándo comienza la Historia? La Historia comienza cuando aparece la escritura. Han pasado 3,2 millones de años aproximadamente desde que apareció Lucy, el homínido más antiguo que se ha encontrado., era mujer, menuda, de no más de 1,10 mts de altura al parecer, murió cuando cayó de un árbol. Quienes la hallaron millones de años más tarde, mientras limpiaban sus restos pensaron en ponerle un nombre y alguien sugirió llamarle Lucy. Era la canción que sonaba en un casette de la época, 1974. Y era de Los Beatles. Lucy pertenece a la Prehistoria, se acerca a los primeros homos.

Pasaran muchos años, estamos ya en torno a 200.000 a.C. en que aparece la especie humana, el homo sapiens, ésa etapa que sabemos del hombre sólo por sus dibujos, herramientas, útiles. No será hasta el tiempo de Summer, 5000 años a.C. que no se comenzará a hacer signos y trazos que cuentan el día a día del hombre. Esos signos serán hendiduras sobre tablillas de barro hechos con el extremo de una caña. Nace la escritura cuneiforme. Escribir con dibujos y signos lo están haciendo los egipcios y más que una escritura es un lenguaje jeroglífico: La Historia comienza cuando el hombre la pone por escrito, cuando el hombre la cuenta…por escrito.  Yo os invito a escribir como terapia y como reafirmación de vuestro paso por la vida

Conforme nos acercamos a nuestra era no será hasta 5.200 a.C. que se talle el jeroglífico más antiguo conocido y que se encontró en la antigua ciudad de Elkab en Egipto.

A los fenicios se les atribuye la creación del primer alfabeto 1100 años a.C. según algunas fuentes, aunque según otras afirman que la lengua fenicia es derivada de la lengua amorita, en cuyo caso tendríamos que remitirnos en torno a 2000 a.C. Los amorreos, son un pueblo que ocupó Siria, Canaán y la región al oeste del Eufrates. Según algunas fuentes, el rey Hammurabi era descendiente de amorreos quien mandara escribir en escritura cuneiforme  su conocido Código  de 282 leyes inscritas en piedra,  en torno al siglo XVIII a.C.

Hacia el siglo IX a.C. aparece el alfabeto griego cuyo punto de partida es el fenicio adaptado y la lengua que podemos ver en numerosos monumentos del mundo donde tuvo influencia Roma, es el latín, que aparece en Italia hacia el siglo VI, a.C. y de él se derivan numerosas lenguas de uso común en la actualidad.

Evolución del género humano

Juan Luis Arsuaga, director del yacimiento de Atapuerca, preguntó en una ocasión a Manuel Martin-Loeches, neuropsicólogo, que qué era eso de la neurociencia cognitiva y la respuesta, abreviada, fue ésta: “… la cognición muchas veces parece que tiene que ver con el razonar, con la memoria, con tomar decisiones, pero también tiene mucho que ver con las emociones y con reacciones, sensaciones y percepciones”

Dentro de las preguntas que surgen cuando se trabaja en un yacimiento arqueológico, posiblemente una muy importante, a mí me lo parece, es la de cómo era y cómo pensaba o sentía la persona que ocupó éste lugar donde hoy excavo yo, qué preguntas se hacía. Es un ejercicio de empatía fascinante. Y de paciencia porque no resulta fácil oirle

Es muy posible que cuando murió Lucy su cuerpo se quedara en el lugar donde cayó del árbol. Su tribu, su grupo, seguiría su camino en busca de comida viviendo sin más sentido que la subsistencia natural.

Recuerdo haber leído a Arsuaga, hace años, en una revista científica, en la que afirmaba que el cerebro del hombre cambió cuando cambió su alimentación. Aquél cazador-recolector (vive de lo que la naturaleza le aporta) inicia una sedentarización que le lleva a dejar de migrar y es capaz de cultivar la tierra, asentándose en lugares que le son propicios para crear sociedades estables, busca refugios donde guarecerse de la climatología, se agrupa en sociedades íntimamente relacionadas, ordena su vida en torno a la razón, a las emociones, a los sentimientos que deja plasmados, a falta de otro medio mejor, sobre paredes y techos de sus abrigos y cuevas, en forma de dibujos realizados con materiales que encuentra en la naturaleza.

Como acabamos de decir, el hombre, para comunicarse y subsistir utiliza materiales que se hallan en la naturaleza extrayendo lo necesario para hacer herramientas, armas, vasijas y, pasado el tiempo, sentirá la necesidad de enterrar a sus muertos voluntariamente: El homo sapiens, el homo más cercano a nosotros, ya tiene un pensamiento cognitivo más complejo, entierra a un niño (Sitio de la Ferrassie, en Francia) algo que algunos científicos discrepan, otorgando esa capacidad de razonamiento a los neandertales pero, sea como fuere, todo ellos nos lleva  hasta el siglo I a.C. y al poblado de El Pueyo de Los Bañales donde durante recientes excavaciones fue hallado el cuerpo de un niño de cuarenta y dos semanas, recién nacido, enterrado dentro de una estancia de una vivienda. La tumba, excavada en la roca en forma de sarcófago, contenía piedras redondeadas de diversas formas y tamaños que bien podían constituir su ajuar de juego en el futuro. Es obvio que la cognición que le atribuimos (porque la tiene) el ser humano, ya contempla la trascendencia: Si no puede jugar vivo, que juegue allá donde haya ido su espíritu.

Este sentimiento de eternidad, de escatología, que lleva al hombre a practicar una serie de creencias y doctrinas referidas a la vida de ultratumba, lo podemos encontrar en los egipcios miles de años antes y nos lo narran en el Libro de los muertos

Que nos cuentan las generaciones anteriores

El hombre primitivo tiene pocos medios de expresarse, se ha datado en 45.000 años la antigüedad de unas pinturas, unas manos, halladas en la cueva de Leang Tedongnge, en las Islas Célebes, en Indonesia.

En Los Bañales de Uncastillo encontramosinscripciones de homenaje en latín de principios del Imperio Romano, inscripciones que en unas ocasiones tienen carácter cultual y en otras son de manifestación ostentosa.

Interpretar la Historia

Hasta la aparición de la escritura el investigador sólo puede intuir los modos de vida de las gentes por medio de ésa cultura material que el tiempo ha ido enterrando y encerrando en el Gran Libro de la Historia que es la tierra que pisamos.

En éste sentido, haciéndonos niños por un momento vamos a pensar en cualquier libro de texto que hemos tenido o que quizá tenemos ahora por razón de estudio. Pensemos más concretamente en uno de Historia por ser el tema que nos ocupa hoy. Nos encontramos ante un conjunto de hojas guardadas entre unas tapas, por lo general más gruesas que el papel del contenido. Abierta la tapa accedemos a unas hojas que contienen, ordenadamente, textos, dibujos, modernamente fotografías, gráficos… Normalmente la primera página es la que presenta el tema que decidimos estudiar y lo hace de modo sencillo, tal vez generalista, para ir poco a poco introduciéndonos en el tema. Y vemos que comienza en la noche de los tiempos para llegar poco a poco a nuestros días, a lo reciente.

El Gran Libro de la Historia que es la porción de terreno que se estudia en una excavación, el orden es inverso: Primero nos encontramos una portada que suele ser de carácter vegetal o pedregoso reciente, es lo que pisamos. Retirada ésta “tapa” nos adentramos en las hojas que no son otra cosa que los estratos que se han ido creando con el paso del tiempo consecuencia de la meteorología, de los movimientos de la tierra, de las intervenciones humanas… hasta llegar a lo que se comprende que es el principio de la Historia del lugar. Cada estrato, cada capa de tierra que retiramos y que representa las distintas páginas del libro, al igual que en los de papel, nos encontramos material que nos indica quién estuvo o pasó por el lugar, unas veces será una moneda, o un trozo de cerámica o un resto de metal, una imagen… son las fotografías de nuestros libros actuales y con ellos podemos recomponer la vida (la Historia no es otra cosa que un documento de vida).

Quien nos cuenta la Historia

La primera respuesta que nos viene a la mente es que la Historia la escriben los historiadores, pero antes de ellos, incluso a la par de ellos en cuanto aparece la escritura, son las gentes con sus acciones quienes la van describiendo, al igual que nosotros con nuestro quehacer cotidiano la vamos haciendo como personas y como sociedad. Con la escritura ya nos es posible tener más elementos de juicio para estudiar las distintas culturas y civilizaciones que nos han precedido, toda vez que los objetos pueden ir acompañados con inscripciones, grafitos o representaciones cercanas a la escritura o a un modo de expresión, más allá del propiamente artístico y aunque éstos no existan será el narrador quien con sus descripciones de lo que ve o entiende nos traslada en el tiempo, permitiéndonos recrear escenas y pasajes de vida

Hemos citado a Hammurabi y a su Código de 282 leyes talladas en piedra, hemos hablado de jeroglíficos y la mente se nos va a Egipto y a las paredes de las tumbas faraónicas y hemos hablado de lenguaje fenicio, cananeo, griego, latín y nos expresaremos en todas las modernas derivadas de algunas de las anteriores y tras ese lenguaje hay personas de las que, en el caso de los clásicos y modernos, conocemos sus nombres y podemos ponerles cara. Lo que nos cuentan, no obstante, en las más de las ocasiones estará impregnado de la subjetividad de cada cual. Es curioso leer a distintos autores hablando de la misma persona o acontecimiento y, al igual que hoy, la narración se mostrará favorable o crítica según lo afecto o no que sea a una persona o a una causa.

Tucídides, Herodoto, Tácito, Tito Livio en la antigüedad, Plutarco en nuestra era o Eusebio de Cesarea, Alfonso X el Sabio, Gregorio de Tours, Voltaire, Edward Gibbon… nos acercan con sus escritos a un tiempo pasado que realmente fue escrito por los hombres de cada momento.

Quien nos cuenta la Historia

La primera respuesta que nos viene a la mente es que la Historia la escriben los historiadores, pero antes de ellos, incluso a la par de ellos en cuanto aparece la escritura, son las gentes con sus acciones quienes la van describiendo, al igual que nosotros con nuestro quehacer cotidiano la vamos haciendo como personas y como sociedad. Con la escritura ya nos es posible tener más elementos de juicio para estudiar las distintas culturas y civilizaciones que nos han precedido, toda vez que los objetos pueden ir acompañados con inscripciones, grafitos o representaciones cercanas a la escritura o a un modo de expresión, más allá del propiamente artístico y aunque éstos no existan será el narrador quien con sus descripciones de lo que ve o entiende nos traslada en el tiempo, permitiéndonos recrear escenas y pasajes de vida

Hemos citado a Hammurabi y a su Código de 282 leyes talladas en piedra, hemos hablado de jeroglíficos y la mente se nos va a Egipto y a las paredes de las tumbas faraónicas y hemos hablado de lenguaje fenicio, cananeo, griego, latín y nos expresaremos en todas las modernas derivadas de algunas de las anteriores y tras ese lenguaje hay personas de las que, en el caso de los clásicos y modernos, conocemos sus nombres y podemos ponerles cara. Lo que nos cuentan, no obstante, en las más de las ocasiones estará impregnado de la subjetividad de cada cual. Es curioso leer a distintos autores hablando de la misma persona o acontecimiento y, al igual que hoy, la narración se mostrará favorable o crítica según lo afecto o no que sea a una persona o a una causa.

Tucídides, Herodoto, Tácito, Tito Livio en la antigüedad, Plutarco en nuestra era o Eusebio de Cesarea, Alfonso X el Sabio, Gregorio de Tours, Voltaire, Edward Gibbon… nos acercan con sus escritos a un tiempo pasado que realmente fue escrito por los hombres de cada momento.

“La Historia es (…) el tiempo en marcha y poblado de humanidad”, nos dice el filósofo nacido en Sevilla en 1891 Francisco Romero en su obra “Meditación del Occidente”

Visión cualitativa del hombre en la antigüedad

Ya hemos comentado que el hombre tiene sentido trascendente desde tiempos prehistóricos  y lo demuestra hechos tan sencillos como los enterramientos: Los muertos son enterrados de modo individual y se les dota de ajuar el cual, generalmente correspondiente a pertenencias acorde con el estatus del fallecido mientras vivió.

Ese sentido trascendente le llevaría a la práctica de ritos religiosos a seres (dioses) que considerase protectores de su vida y hacienda, paralelamente con ritos que frenaran la ira de otros que creían que les ejercían influencia negativa.

En una ocasión un médico – gran estudioso de la Historia – me dijo, allá por el Sobrarbe, en pleno Pirineo aragonés, que entendía al hombre antiguo en su adoración al sol o al agua toda vez que aquellas gentes percibían que si dejas agua al sol no pasará mucho tiempo en que diminutos seres aparezcan moviéndose como una clara muestra de que en el agua está la vida, o al menos la favorece. Nos encontramos con que los dioses los generan en función de la utilidad que les representa, siendo el hombre quien ocupa el centro de la creación como ser superior entre lo conocido visible sobre la Tierra. No es extraño pues que la existencia de los primeros hombres girase en torno al agua y endiosaran al sol que otorgan y quitan la vida teniendo unas formas de comportamiento, ceremonias y sacrificios tendentes a mantener una relación con quien tanta influencia ejerce sobre los seres humanos.

Explicar 6000 años de migraciones y movimientos del hombre en búsqueda de lugares donde sobrevivir es prolijo por eso vamos a partir de Mesopotamia para entender cómo surgen las grandes ciudades y movimientos tendentes a un mayor control de territorio y de gentes. Acad es muestra de ello y nos hallamos ya en 2500 años a.C. a las orillas del Rio Tigris y del Río Eufrates, actual Irak, lo que constituye el Creciente fértil.

Su sociedad es sencilla: Un rey, con pleno derecho sobre sus súbditos, al que se le supone un prestigio personal como para dirigir rectamente al pueblo, constituyéndolo casi (incluso) en una divinidad. El resto de la población sigue un patrón económico (Tanto tienes tanto vales) (https://www.artehistoria.com/es/contexto/la-sociedad-acadia) Riqueza y trabajo determinan la escala social, sociedad que se divide – al margen de la clase sacerdotal y militar que gozan de privilegios – entre hombre libres, semilibres y esclavos y entre éstos últimos, según procedencia, gozaban de distinto estatus, siendo los prisioneros de guerra los que estaban privados de todo derecho realizando trabajos para el Estado. ¿Es la primera muestra de utopía?

Otro salto en la Historia nos sitúa en Esparta, 900 a.C, ciudad-estado de claro corte militar, recibe la constitución del Oráculo de Delfos y tienen en Atenea la deidad más importante, dentro del politeísmo.

De Esparta nos habla Pausanías en su Libro III sobre la Descripción de Grecia y nos narra los avatares de la fundación y Homero en la Iliada también, con los problemas que se crean entre Menelao marido de Helena que tiene sus aventuras con Paris…

En cuanto al hombre, aspecto que hoy nos ocupa, la sociedad espartana considera que existen tres clases: Espartanos, periecos e ilotas

Los espartanos se consideraban iguales entre ellos con plenos derechos, los periecos sin embargo tienen algunos derechos, pero en tanto y cuanto son artesanos, agricultores o comerciantes no los tienen políticos, aunque sí civiles sin ciudadanía, aunque formaran parte del ejército en tiempos de guerra, en lo que es una visión muy simplificada de su participación en la sociedad espartana muy jerarquizada en lo político y en lo militar.

La sociedad espartana también estaba configurada por los ilotas que constituían la clase esclava, prisioneros de guerra que se entregaban a familias espartanas, aunque nuca tuvieran derechos sobres ellos que dependían de facto al Estado.

El espartano es, evidentemente, la clase privilegiada. Se forman en la disciplina militar y política, tiene acceso a la escritura, aprende a leer, danza, música… El espartano debe ser hijo de espartanos. Un consejo de ancianos examinará a los bebes recién nacidos y, caso de que tengan defecto, serán despeñados. Sólo los perfectos sirven para el Estado.

Esparta, como otras ciudades-estado con una cultura desarrollada, considerarán bárbaros (enemigos) a todo aquel no perteneciente a su sociedad en la medida en que pudieran constituir un peligro, la guerra y extinción del enemigo era la consigna, visión que a día de hoy permanece entre quienes, haciendo uso de los más primitivos rasgos del ser humano, pretenden erigirse en enviados de dioses que aunque no responden a los nombres antiguos, y que cada uno desde la individualidad y el libre albedrio, adora.

En libro que acabo de leer recientemente, el autor habla de conversaciones de sobremesa de Hitler, poniendo en su boca afirmaciones como que “… los germanos fundaron Esparta siendo ellos, los de su momento, los herederos de esa clasificación del hombre que distinguió a Esparta”. Y es el caso que hubo quien le creyó dando lugar a una de las mayores masacres de la humanidad en aplicación del principio espartano: Al enemigo hay que exterminarlo y sus ciudades destruidas hasta desaparecer de la Historia.

Bajo éste prisma, analizar actuaciones actuales no es difícil para saber en qué concepto tiene el hombre de hoy al hombre.

Evolución del pensamiento humano: El hombre según los clásicos

En un momento de mis intentos de estudio formal de la Historia me planteé una pregunta:

¿Cuándo tiene el hombre consciencia de lo que es? Lo hemos visto con los enterramientos

Arsuaga, como he comentado, nos habla de un momento en que el cerebro del hombre cambia debido a los nuevos hábitos alimentarios. Es capaz de pensar, elaborar herramientas, vivir en sociedad, crear estrategias de subsistencia… Y a lo que no encuentra explicación se la da fijándose en la naturaleza, dando valor a lo que permanece en el tiempo y que condiciona su vida: A esos sucesos naturales les pone cuerpo, semejante a él mismo, y lo adora en la creencia de que tiene un poder sobrenatural, inexplicable a sus ojos.

Pero, ¿Qué piensa realmente el hombre sobre el hombre? Comentar diapositiva

Esparta nos ha dejado claro cuál es su modo de ver, pero ¿su eterna rival Grecia?

A Tales de Mileto (624 a.C- 546 a.C.) se le considera el primer filósofo de la Historia. A él se le atribuye el romper con la mitología para explicar el origen de las cosas que dice se halla en la naturaleza, en una materia única que es el agua.

Aristóteles nos dice de él que “…porque es pensamiento de algunos que el alma se halla entreverada en el todo, por eso, tal vez, Tales pensó que todo estaba lleno de dioses

Sócrates

Luego el hombre antiguo se reconoce, no sólo como materia, sino que tiene una parte inmaterial que lo constituye como ser humano y si tenemos en cuenta el pensamiento de Tales, si no en totalidad, algo de dios tiene el hombre. Los egipcios, leo en otra fuente, también consideran que algo de divino tiene el hombre y que no es bueno tratarlo mal.

Volviendo a Grecia nos encontramos con una paradoja: Sócrates justifica la violencia contra el hombre en las batallas, toda vez que se combate contra enemigos, contra bárbaros, lo cual a todas luces entendemos que está mal y nos lo dice la razón reforzada por el pensamiento del propio Sócrates sobre el hombre: El hombre se comporta mal porque es ignorante, pues su inteligencia interpreta erróneamente y cree ver el bien donde en realidad no existe y considera bueno algo que en verdad no es.

Corrientes filosóficas

Hubo un tiempo en que participé en una tertulia radiofónica en la que semanalmente se elegía, a micrófono abierto, un tema al azar para debatir sobre él. En aquella ocasión el tema era “¿qué era la verdad?” Recordé que en alguna ocasión había leído que “la verdad es la realidad”. No recordaba quién lo dijo, pero me sonaba a un clásico, que resultó ser cuando pude confirmarlo que se trataba de Aristóteles, discípulo de Platón, discípulo a su vez de Sócrates.

En el presente cuadro sinóptico reflejo las que, seguramente, son las 20 corrientes filosóficas más importantes – https://www.culturagenial.com/es/corrientes-filosoficas/ – siendo posible que existan subcorrientes y derivaciones de las subcorrientes que desconozco, pero éste enlace nos va a permitir repasar como piensa el hombre desde la antigüedad.

IDEALISMO, la base de la realidad es el pensamiento y la materia una producción del mismo. Lo que percibo son ideas de mi mente, si no lo percibo, no existe.

Platón es su representante más significativo en la antigüedad, dentro de lo que es el idealismo objetivo

REALISMO, se puede considerar la antítesis del idealismo. Las cosas subsisten al margen de que el ser humano las perciba o no a través de los sentidos.

Aristóteles y Santo Tomas de Aquino, son sus representantes en la antigüedad (S IV a.C.) y en el medievo (S XIII d.C.)

ESCEPTICISMO, para un escéptico la razón y los sentidos carecen de fiabilidad, dudando de la capacidad humana o de los valores externos, incluso de la validez de los juicios.

Pirrón, se le considera el primer filósofo escéptico (S IV a.C.)

DOGMATISMO, se opone al idealismo y al escepticismo. Considera que la razón humana puede conocer la ver e interpretar la realidad. La aceptación de un dogma supone confiar ciegamente en la razón sin admitir sus límites.

Tales de Mileto, Anaxinandro (S. VII a.C.) y Heráclito, Pitágoras y Parménides (S VI a.C.) son sus representantes en la antigüedad

RELATIVISMO, Todas las formas de conocer el mundo tienen la misma validez. No hay verdades absolutas e independientes del hombre, defiende el subjetivismo y son los sofistas griegos quienes defiende ésta tesis.

Protágoras y Pitágoras, apoyan estos principios (S VI y V a.C.)

EMPIRISMO, Su fundamento es la experiencia como origen de todo conocimiento. Los límites de ése conocimiento es la propia experiencia, fuera de ello sólo hay especulación

Locke y Hume son sus representantes (S XVII y XVIII)

RACIONALISMO, la razón es el origen del conocimiento, surge en el S XVII con Descartes

Leibniz y Spinoza, son otros de sus representantes(S XVII)

CRITICISMO, Esta doctrina busca demostrar que el conocimiento parte de la experiencia pero necesita la razón para completarse. Para el criticismo es el sujeto quien crea el objeto (la realidad)

Kant, S XVIII

PRAGMATISMO, se limita a la experiencia sensible y deja de lado la metafísica

Charles Sanders Peirce, William Jame y Jhon Dewe, S XIX

HISTORICISMO, La Historia tiene un papel fundamental para comprender la naturaleza humana y la sociedad

Wilhelm Dilthey y Edmundo O´Gorman S XIX

FENOMENOLOGÍA, pretende describir conceptos o fenómenos sin atenerse a presuposiciones o preconceptos

Edmund Husserl, Jan Patocka y Martin Heidegger (S XIX)

POSITIVISMO  quiere dar respuesta a los nuevos cambios acaecidos con la Revolución Industrial, solo se atiende a los hechos que pueden comprobarse científicamente

Augusto Comnte (S XVIII)

EXISTENCIALISMO, la existencia precede a la esencia, el ser humano no tiene una condición firme que le lleve a ser de una manera u otra: Parte de su existencia. Son sus actos los que determinan quien es y el significado de nuestras vidas.

Kieerkegaard y otros, S XIX

ESTRUCTURALISMO, defiende la independencia de la integración de las partes dentro de un todo

Rolan Barthes (S XX)

ESCOLASTICA, trata de conciliar razón y fe, pretendiendo demostrar que no hay incompatibilidad entre teología y filosofía

S. Anselmo de Canterbury, Santo Tomas de Aquino y Juan Duns Escoto (S XII, XIII y XIV)

CINISMO, busca encontrar la felicidad fuera de las cosas fortuitas y se consigue mediante la virtud, vida sencilla alejada de convenciones sociales

Antístenes y Diógenes, “…apártate que me quitas el sol, a Alejandro Magno” (S V a.C.)

EPICUREISMO consiste en aprender a dominar los placeres con el fin de no ser dominado por ellos. El objetivo de las personas reside en alcanzar el bienestar a través del cuerpo y de la mente para, de esta forma, lograr la “ausencia de turbación”

Horacio, Lucrecio Caro, Metrodor de Lápsaco y Zenón de Sidón (S II a.C.)

ESTOICISMO, la sabiduría radica en la capacidad que tiene el ser humano para alcanzar la felicidad sin necesitar nada ni a nadie

Zenón de Citio, Posidonio, Séneca y Marco Aurelio, (S IV, II, I a,C, y II d.C.)

HUMANISMO, El ser humano es el centro de la naturaleza y se apoya en los clásicos para tratar de comprender el actuar del hombre

Erasmo de Rotterdam, Leonardo Bruni, Marsilio Ficino (S XIV, XV, XVI)

Epicuro

Epicuro

Nace en Samos, Grecia, en el año 341 a.C. y fallece en Atenas, Grecia en el 270 a.C.

Está influenciado por Aristóteles, Platón… entre otros

Epicuro va a defender una filosofía fundamentada en la búsqueda del placer, advirtiendo, que esta búsqueda ha de ser moderada y dirigida por la razón. La felicidad consiste, pues, en la administración prudente de placeres y dolores, la ataraxia o imperturbabilidad de ánimo y la amistad.

El placer primero nos acerca a ella, a la felicidad, mientras que el segundo nos aleja de la misma. De este modo, Epicuro determina que la clave de una vida feliz es conseguir acumular la mayor cantidad de placer mientras reducimos al máximo el dolor.

Los aspectos más destacados de su doctrina son el hedonismo racional y el atomismo, un modo de ver la formación del mundo por la concurrencia fortuita de los átomos

Una de sus frases más cargadas de desesperanza tal vez sea la que expresa su idea sobre Dios: 

¿Dios está dispuesto a prevenir la maldad pero no puede? Entonces no es omnipotente. ¿No está dispuesto a prevenir la maldad, aunque podría hacerlo? Entonces es perverso. ¿Está dispuesto a prevenirla y además puede hacerlo? Si es así, ¿por qué hay maldad en el mundo? ¿No será que no está dispuesto a prevenirla ni tampoco puede hacerlo?

Sin embargo también diría

“¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia

Que es un canto a la austeridad y a la discreción.

¿Puede ser el  Mindfulness o atención consciente, una solución? Consiste en vivir el presente momento a momento, sin juzgar. Se trata de escucharnos a nosotros mismos y atender a nuestras necesidades reales, indagando en nuestras potencialidades y haciendo uso de las emociones de forma más saludable

Es una filosofía de vida procedente del Budismo Zen, siendo para éste el encuentro del Aquí y el Ahora, la base fundamental para tener una vida plena.

No estamos capacitados, socialmente, para soportar el sufrimiento. Tenemos una tendencia natural (¿epicúrea?) a minimizar el “problema” en todos los ámbitos de nuestra vida.

Cuando decimos “no pasa nada” las emociones están siendo negadas, y en cierto modo, menospreciadas. Nos estamos diciendo que lo que se siente en ese momento no tiene importancia, es más, ni siquiera existe porque “no pasa nada”. Pero sí pasa. Siempre pasa algo.

Y entramos en fases de tristeza, miedo, enfado o confusión… y nos replegamos sobre nosotros mismo con un sentimiento de incomprensión

Dejar de negar las emociones y empezar a aceptarlas y ponerles nombre, es lo prudente . Que se sepa cómo nos sentimos y saber cómo nos sienten. Verbalizar lo que ocurre en lugar de negarlo aportando nuestra impresión ante los hechos de modo empático NUNCA diciendo que NO PASA NADA, porque repito SIEMPRE PASA ALGO Por cierto, la Iglesia sugiere la Oración como un modo de serenar el espíritu lo cual siempre provoca una sanación, pero se suele rechazar la práctica “porque huele a incienso y cera”

Zenón de Ciotio

Zenón de Citio

Nace en Citio, Chipre. Es de origen fenicio y nace en el año 334 a.C. falleciendo en Atenas, Grecia, en el 264 a.C.

Es fundador de la escuela filosófica estoica que predica que “…el valor de la razón, al proponer que las emociones destructivas son el resultado de errores en nuestra manera de ver el mundo y ofreció una guía práctica para permanecer resueltos, fuertes y en control de la situación”

Sobre la felicidad, Zenón nos diría: “…que hay tres cosas que se deben de saber para poder alcanzar la felicidad: Alcanzar la mejor versión personal, hacerte responsable de tus actos y aprender a dejar ir lo que no se puede controlar. Vivir por debajo de las propias expectativas es una causa de tristeza y depresión”

El estóico defiende que es preferible la libertad que comprende y acepta la voluntad del ser divino en cada momento, combatiendo las pasiones.

Solía decir Zenón que la vida es una escuela y los seres humanos hemos venido a ella a aprender, razón por la cual enseñaba a huir del inútil y peligroso victimismo oponiendo resiliencia: Los seres humanos debemos comportarnos con entereza y responsabilidad y agradecer los infortunios, pues sólo así podemos desarrollar la virtud

Los estoicos no creen que la vida esté gobernada por la suerte, el azar o las coincidencias: no creen en la casualidad, sino en la causalidad. Todos los sucesos de nuestra existencia están regidos por la “ley de la causa y el efecto” y recogemos lo que sembramos. La recompensa de asumir dicha responsabilidad y de esforzarnos por cambiar de actitud es la  imperturbabilidad o paz interior frente a las circunstancias desfavorables. Esta se consigue con entrenamiento y práctica diarios, y para ello es indispensable la fuerza de voluntad para vencer las pasiones y conseguir resultados.

La causa efecto puede parecer injusta, pero culpar a los demás, a la mala suerte o a circunstancias ajenas a uno mismo de modo general, muestra estar más cerca del epicureísmo (hedonismo) que del estoicismo (virtud)

Zenón iría abandonando gradualmente la física y la lógica, quedándose casi exclusivamente con una ética del esfuerzo y la disciplina, que allanaría el camino a la posterior victoria del cristianismo.

Séneca y Marco Aureli

Dentro de tanto filósofo como la Historia da, he creído conveniente traer a la charla de un especial a Séneca y a Marco Aurelio, ambos estoicos.

Séneca nace en Córdoba, en la Bética, una de las regiones en que divide Roma a Hispania, la actual España – tierra de los conejos significa en fenicio – en el año 4 a.C. y fallecerá en Roma, bajo el mandato de Nerón, año 65 d.C., quien le manda suicidarse.

Su filosofía está influenciada por Sócrates, Platón, Zenón de Citio… filosofía que seguramente enseñaría a su alumno Nerón Claudio César Germánico – Nerón – sin mucho éxito, al parecer.

Partiendo de la base de que Séneca defiende que el hombre forma parte de la naturaleza y que su felicidad es seguirla, dejándose llevar de sus enseñanzas, leyes y ejemplos regidos por la razón, el alma humana es una partícula del alma universal, lo que nos convierte a todos, por iguales, en sus hermanos.

Séneca centra sus enseñanzas en la ética, aunque no fue la única cuestión que abordó en sus enseñanzas. Prescribe normas y modos de actuar para cuidarse de uno mismo, ser útil a los demás y tener un buen vivir. Séneca plantea que, “… para ser feliz hay que vivir en guerra con las propias pasiones y en paz con los demás”, entiendo que el enemigo no suele ser tanto quien está al otro lado de nosotros, sino que cabalga en nosotros continuamente, no siendo pocos los místicos que contemplan vencerse a sí mismos como un modo de alcanzar perfección.

Este principio que nos parece difícil de trabajar, Séneca  nos lo resuelve en otra de sus frases: “ No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas”

Muchas veces aplicamos a nuestras pretensiones de proyectos el adverbio “Mañana” y no faltará la reflexión de un santo moderno que nos dice que “Mañana es el adverbio de los vencidos”. Repitiendo siempre mañana se pierde toda una vida, nos dice el refrán.

Pero no hay que acabar éste apartado sin hablar de un gran personaje, emperador romano para más señas, perteneciente a la dinastía de los “antoninos”, considerado uno de los cinco emperadores buenos.

Nació Marco Aurelio, filósofo estoico, nació en Roma en el año 121 d.C. y, entre sus acciones más destacadas está el promover medidas favorables para los esclavos, las viudas y los menores de edad. Llama la atención que, viviendo en una sociedad politeísta, donde los dioses dan respuesta a los miedos y dudas de los hombres mutando según la conveniencia de éstos, él, Marco Aurelio propone que Dios es el fundamento primero de todo lo existente, que es la razón en la que se diluye toda conciencia individual después de la muerte del cuerpo. Como Séneca defiende la ética, la idea de la resignación y el ascetismo. Es importante, nos dice  que “… la realidad es un dictado natural al que hay que someterse y que lo importante es que cada uno debe, sea porquero o emperador, entregarse a su tarea con la mente limpia y el ánimo dispuesto.

Marco Aurelio muere el año 180 d.C. víctima de una pandemia que asoló Roma. Posiblemente viruela o sarampión, traída de Oriente por las legiones. También se dice que fue la ambición de los médicos que deseaban congraciarse con su hijo Cómodo, heredero que fue a su muerte, quienes aceleraron su muerte. En cualquier caso, hay fuentes que nos hablan de 5000 fallecidos diarios por causa de la pandemia.

Una obra de gran actualidad que nos dejó son sus “Meditaciones”, obra atemporal, cuyas reflexiones pueden aplicarse en tiempo presente y en la que él se sitúa como observador.

En no pocas ocasiones he comparado su obra con la de un gran poeta bengalí, Rabindranath Tagore, que en su obra lírica Gitanjali, nos habla de una religiosidad natural llena que lleva al alma a una paz interior en encuentro con un ser superior, no en balde el hombre, desde la antigüedad, no sólo es un hombre histórico sino que lo es religioso por naturaleza.

Sócrates y Cristo

Recientemente he leído un libro recomendado por uno de los amigos que considero mis maestros en Historia y Arqueología, además de coherencia de vida. El libro se titula “Imperios de crueldad”, escrito por Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña.

Es un libro me creó gran desasosiego al leerlo ya que que soy defensor  de la bondad del hombre

No había tenido posibilidad de conocer, más allá de la existencia de las ciudades estado y poblamientos y sociedades de la Edad Antigua de la violencia de aquellas gentes que evidentemente está lejanas en el tiempo, pero con una sangrante atemporalidad, sus procedimientos de conquista siguen presente y sus intereses espúreos están tan vivos como si no hubiera pasado el tiempo para ellos. Sólo hay una diferencia: El procedimiento de aplicación del sometimiento del que se considera contrario: Son las nuevas tecnologías.

En éste libro se presenta a un Sócrates que ya anuncia lo que sucederá siglos más tarde: Sócrates ve en el hombre “algo sagrado, algo divino, como para que merezca respeto”. Fue acusado de querer introducir nuevos dioses y corromper con éstas ideas morales a la juventud y no duda en enfrentarse al Senado quien le condena a morir ingiriendo cicuta.

“…«¿Cómo podría yo introducir nuevos dioses por decir que una voz divina se me manifiesta para indicarme lo que hay que hacer? […] Por otro lado, que la divinidad sabe de antemano lo que va a suceder y que lo anuncia con señales a quien quiere, tal como yo lo digo, lo dicen también todos y lo creen. Pero mientras estos llaman, augurios, voces, coincidencias y adivinos a los que les anuncian las señales, yo lo llamo genio divino y pienso que al llamarlo así, me expreso de manera más veraz y piadosa que los que atribuyen a las aves el poder de los dioses».

La verdadera razón de la muerte está en la política. Admitió a Critias (pro-espartano) entre sus discípulos. Grecia y Esparta eran una guerra constante.

Siglos más tarde, otro personaje cuya presencia en la Tierra fue tan importante como para que la Historia se cuente antes y después de él, predicó a quien quiso  (y quiere escucharle) una nueva sociedad, una nueva vida y que como Sócrates, se enfrenta a sus acusadores desde una aparente indefensión, pues deja que siga adelante lo que para ellos está demandando la sociedad de su tiempo: Muerte por no seguir los dictados sociales.

Roma hoy ¿Qué nos cuenta el yacimiento?

Los Bañales es un espacio cincovillés aragonés donde, sobre poblamiento vascón, floreció Roma.

El cómo se llevó a cabo la romanización no nos vamos a detener en exceso, toda vez que ya llevaban las legiones muchos años en Hispania defendiendo contra el ejército cartaginés, ciudades amigas de Roma y, en concreto, en el Valle del Ebro su presencia ha quedado manifestada por numerosos asentamientos, tanto del tiempo de la República, como posteriormente del Imperio

En la ignota ciudad de Los Bañales, aún desconocemos su verdadero nombre, aunque se deduce que pudo ser Tarraca, podemos encontrar vestigios muy escasos de asentamientos vascón, de asentamiento romano de gran importancia arqueológica, visigodo y árabe escasos, pero muy representativos.

Lo que ha perdurado en el tiempo ha sido la ciudad romana en la que podemos distinguir el aprovechamiento de asentamientos primitivos donde seguramente vivía la plebe, un espacio claramente estudiado como artesanal, lindante con la calzada de entrada a la ciudad por el oeste, un espacio público muy monumentalizado, el Foro, un espacio termal, un espacio residencial, además de un acueducto y una presa que garantizaban el suministro de agua a la ciudad. Sin estudiar todavía mediante excavación, la gran ladera del monte que protege a la ciudad del cierzo y que denominamos Pueyo, guarda lo que debió de ser la ciudad plebeya y que une tiempo arcaico con tiempo imperial.

Los Bañales aparecen en la Historia probablemente junto a Segia, Ejea de los Caballeros., ya en época antigua con motivo del reclutamiento de caballeros para las legiones de Roma hacia el año 89 a.C.

No sería hasta 1212 que el Rey Pedro III de Aragón sugiriera a una nueva comunidad del Cister que planteaba instalarse en Sádaba, que dispusieran de unas piedras que se hallaban en una propiedad suya (las ruinas de la ciudad romana, próspera durante los siglos II y III, pero ya abandonada, destinada a ser cantera a cielo abierto. El monasterio se construyó y se le conoce como Cambrón, a unos pocos kms de Sádaba.

Entre periodos de decadencia de la ciudad y entrega de sus piedras a la nueva comunidad religiosa, consta que en el poblado de El Pueyo siguieron habitando gentes, visigodos y árabes, que dejaron vestigios de su paso en forma de remodelación de espacios y material doméstico, además de restos culturales como es una escápula con la última sura del Corán escrita, monedas, fíbulas, herrajes, instrumentos de cocina y almacenamiento…

Mientras, el único edificio que permanece en pie es el Apodyterium de las termas que en 1610, Juan Bautista Labaña documentara como “casa” durante el recorrido por tierras de Aragón midiendo el territorio.

Han pasado muchos años. La ciudad próspera rodeada seguramente de un territorio fértil, se ha secado, la casa se ha hundido, el tiempo ha cubierto los restos.

En la década de los años cuarenta del pasado siglo, se descubren unos documentos que hablan del paso de Juan Bautista Labaña y el entonces comisario de arte del Museo de Zaragoza, José Galiay Salarruyana inicia una campaña de descubrimiento y estudio del espacio conocidos ya, popularmente, por Los Bañales.

Su información despierta el interés de D. Antonio Beltrán, catedrático de la Universidad de Zaragoza y se inician nuevas excavaciones en la zona de las Termas, reconstruyendo su techado y dejando el edificio en las condiciones en que hoy podemos visitarlo. Es la década de los 70 y no será hasta bien entrado el año 2000 que un nuevo proyecto director permite excavar en todo el territorio ocupado por la antigua ciudad. Son quince años de estudio que están arrojando luz sobre la historia de la ciudad, cuyo nombre sigue siendo desconocido, pero no así la vida de sus gentes en una sociedad profundamente romanizada.

Conclusión

En llegando a éste punto sólo me quedó invitar a los asistentes a que nos visiten en el yacimiento, propuesta que aceptaron, así que no será extraño que, en breve, podamos hablarles “in situ” de ti y de la vida que tuviste en tu ciudad, mi estimado Elio Galo