Cuanto más profundizo en la Historia de la ignota ciudad, más necesidad siento de hacer lo posible por llevar a cuantas más personas mejor, el valor que encierra el pertenecer a una cultura que con todas las luces que ha aportado a Occidente, y con no menos sombras de quienes la protagonizaron, sigue viva hoy, aunque la necedad del que se siente poderoso porque ocupa cargo principal, opte por destruir lo que es imposible hacer desaparecer, pues no en vano se halla impreso en el hombre por lo que llamamos “Ley Natural”
El próximo 30 de Enero a las 10:30h tendremos una nueva visita guiada al yacimiento de la ciudad romana que conocemos como Los Bañales y qué mejor introducción para la recepción de visitantes que hablar de un acontecimiento que acaeció en la capital del Imperio, Roma, el 30 de Enero del año 9 a.C.. En éste año, según nos narra el propio Augusto en su Res Gestae – su testamento – el Senado acordó consagrar un altar a la Paz Augusta como agradecimiento de su regreso a Roma tras concluir sus asuntos en la Galia y en Hispania y ordenó que todos, magistrados, sacerdotes, vírgenes vestales hicieran un sacrificio anual*. La construcción iniciada el año 17 a.C. se inauguró el 4 de Julio el año 13 a.C.
Es de suponer que de algún modo, en todas las provincias del imperio, especialmente en ciudades principales, se celebrara o al menos recordara, ésta dedicación a la Pax Romana como así consta en el calendario romano, una Paz que, como siempre que se aplica, permite el desarrollo de los pueblos.
* “… Por decisión del senado, una parte de los pretores y tribunos de la plebe, el cónsul Q. Lucrecio y los hombres más importantes, me vinieron al encuentro en Campania, honor que nunca se había decretado antes que a mí. Cuando regresé a Roma de España y la Galia, luego de haber realizado felices empresas en esas provincias, bajo el consulado de Tiberio Nerón y de Publio Quintilio, el senado decretó que se debía consagrar en honor de mi regreso el “Ara pacis” en las proximidades del Campo de Marte, y dispuso que en él los magistrados, sacerdotes y vírgenes Vestales celebrasen cada año un sacrificio”
Res Gestae Divi Augusti, XII