Y el sentido común, tampoco.
“La Filosofía puede no ser una de las disciplinas más útiles en el sentido material del término, pero nunca puede perder de vista aquella inquietud que le dio origen, la búsqueda de sentido del ser humano respecto a sus inquietudes más profundas”. En éstos términos finaliza Cristina Pérez Rodríguez su trabajo “La melancolía como método filosófico“,, editado en la Revista Laguna, 32; Abril de 2013 https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/4361/L_32_%282013%29_06.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Los investigadores no terminan con acuerdo cuando se trata de saber en qué momento de la Historia se escribió el tratado “El arte de la guerra”. A su autor, el general chino Sun Tzu, distinguido por ser un gran estratega, se le sitúa, modernamente, entre el 476-221 a.C., aunque tradicionalmente son los años 722-481 a.C., periodo de la dinastía Zhou, entre los que, caso de que haya existido Sun Tzu, – se cuestiona si fue o no una figura histórica – habría vivido. Una de las frases más conocidas atribuidas al general y que se emplea en las escuelas de negocios actuales, dice: “…es más importante ganarle al enemigo – la competencia – sin llegar a la lucha abiertamente con él (…) (importa) conocerle muy bien para encontrar sus debilidades” https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/prepa2/n1/r4.html#:~:text=La%20guerra%20se%20considera%20la,logrando%20atacar%20puntos%20espec%C3%ADficos%20sin
Por aquellos siglos, concretamente en el IV d.C., el escritor romano Publio Flavio Vegecio, en torno al año 390, escribió en el Prefacio del libro III de su obra “Epitome rei militaris”: Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum https://es.wikipedia.org/wiki/Si_vis_pacem,_para_bellum, o lo que es lo mismo: “Por tanto, el que desee la paz debe prepararse para la guerra”.
Quién de los dos – o de los tres, según se mire, Sun Tzu, Vegecio o Julio César – fuera el primero en hacer esta afirmación, no viene al caso debatirlo: En cualquiera de las circunstancias es un consejo a aplicar a título personal, cuando de lo que se trata es de vencer al enemigo interior que tiende al desorden, a la anarquía, al caos.
En alguna ocasión he hecho referencia a la matriz D.A.F.O. que se aplica en el mundo empresarial como un modo de análisis válido para nuestro crecimiento personal. El que doy por terminado – abierto a nuevos análisis, no obstante – tras varios repasos, me deja un panorama muy claro de actuaciones que, al tratarse de un estudio muy íntimo, no voy a declarar. El estudio es muy socrático en su desarrollo, muy “mayeútico” diría el erudito, con la salvedad que no hay maestro que haga preguntas, sino que soy yo mismo quien rebusco en los recovecos de mi conciencia-consciencia respuestas a las preguntas que me hace la matriz. Sólo se ha tratado de detenerse un momento a pensar y con silencio y paciencia – y algo más intangible – las respuestas han salido del rincón dónde siempre han estado y que la vorágine en la que nos dejamos envolver, las oculta a la consciencia.
Hay muchos frentes a atender para la mejora, pero, de acuerdo con Marco Aurelio, lo más importante es saber que, en no pocas ocasiones, los problemas se crean cuando entendemos que “…no son tanto las personas las que nos perturban en nuestras cosas” debiendo comprender que “son las opiniones que (las personas) tienen sobre esas cosas que pasan” las que nos trastornan y, para no permitir que las hipótesis ajenas se apoderen de mi voluntad, recuerdo la “Alegoría de la caverna” que Platón describe en el libro VII de la República: https://es.wikipedia.org/wiki/Alegor%C3%ADa_de_la_caverna
La conclusión no puede ser más clara: Las opiniones responden al mundo de los sentidos – las apariencias – mientras que nuestra realidad está en el mundo inteligible, el nuestro, el vivido.
Entre la documentación consultada, pretendiendo encontrar respuestas a esas notas que voy dejando por todas partes, flashes de inquietudes que buscan respuestas, me he encontrado con un trabajo de Diego Antonio Pineda de la Universitas Philosophica de Bogotá, Colombia, editado en Diciembre de 1989,
https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/vniphilosophica/article/view/11616, “La Filosofía y su vocación educadora. A propósito de Sócrates”, en el cual hay una frase de Platón a Parmérides en la presentación del mismo, que dice así: “Profundiza en ti mismo y ejercítate lo más posible en todo eso que parece no servir para nada y que por el vulgo es considerado como charlatanería. Hazlo mientas eres joven, pues de otro modo la verdad se te escapará”.
Posiblemente esté dando en éste momento respuesta a mi vocación. Y en eso estoy. Nunca es tarde.
Fotografía de portada de “El arte de la guerra” y, en dibujo, la alegoría de la caverna, Wikipedia.