Un acercamiento a la enfermedad y la medicina
En “Un año en la antigua Roma”, Néstor F. Marqués nos introduce en mensis Maius, mes de Mayo, recordando “el infortunio que para muchos romanos suponía éste mes, incluso un escalofrío de terror podía llegar a causar entre los más temerosos de los dioses”. El romano de entonces veía demonios, seres del inframundo, lemures, vagando por el mundo de los vivos. Medio mes se dedicaría a aplacar a los dioses pidiendo la protección de los lares tanto a nivel familiar como social, mientras que el otro medio sería de celebraciones y purificaciones que hasta el ejército aprovechará para, avanzada la segunda quincena, desde tiempo arcaico, se dedicaría a la purificación y preparación de las campañas militares, en la fiesta del Tubilustrum.
En el mismo preámbulo del mes del citado libro, se cita a Ovidio en su obra Fastos V, cuando recuerda que Mayo “no es época para antorchas nupciales” afirmando “… que sólo las mujeres malas se casan en el mes de Mayo”
Hoy vemos a Mayo como un mes en que todo malo es relegado de nuestras vidas, cuando no ignorado, y será desde el mes de Marzo que prepararemos la tierra para ayudar a la primavera, veranus tempus, a que nos ofrezca sus mejores frutos. ¿También en lo humano?
Como si de un revivir tiempos antiguos se tratara, el mes de mayo ha estado marcado aconteceres que más bien parecen maldiciones que bondades, aunque de todo se pueda sacar partido positivo, como es el caso, que ha llevado a quien escribe éste post a pensar en cómo era la medicina en la antigüedad más arcaica y éste pensamiento me lleva a la Gran Siria, a Hipócrates, a Galeno y a la Escuela de Damasco y, por supuesto, hasta nuestros días.
La Gran Siria https://homsonline.com/ES/Siria/Siria.htm fue el territorio que se extendía desde los Montes Tauro, sur de Anatolia, tierra de los hititas, actual Turquía – de cuya importancia en el mundo antiguo nos hablan hallazgos habidos en el “Área doméstica” de la ciudad de Los Bañales – hasta la península del Sinaí lindante con Egipto y desde el Mar Mediterráneo hasta la actual Irak. Tal fue su importancia desde que se le considera “Cuna de civilizaciones” al punto que André Parrot, https://es.wikipedia.org/wiki/Andr%C3%A9_Parrot Historiador (Désandans, Francia 1901- Paris, 1980) diría de ella que “… todo hombre pertenece a dos naciones: La suya y Siria”
Siria será el Creciente Fértil https://www.ecured.cu/Creciente_F%C3%A9rtil del que nos hablan historiadores y arqueólogos al citar el inicio de la civilización 11.000 años BP. Desde la agricultura hasta la diplomacia, todo se inicia aquí ¿Todo?
Es lógico pensar que con las religiones y la filosofía surgiría la necesidad de explicar cualquier anomalía que se produjera en el ser humano a nivel de enfermedad, traumatismo o cambios de actitud social y es lógico pensar también que con las explicaciones, generalmente asociadas a castigos de los dioses, surgirían remedios para liberar del dolor y la enfermedad en sí misma al afectado. El hombre encontraría en la Naturaleza, en forma de maceración o molturación de hierbas del mundo conocido, remedios para contrarrestar los citados castigos divinos. En el año 2019 Siria, según su Ministerio de Agricultura exportó 75 mil Tm de semillas destinadas a la industria farmaceútica, siendo el comino la más importante o el anís, hinojo, cilandro, zumaque y tomillo https://sana.sy/es/?p=114531.
Con éstos datos no es difícil pensar que mi amigo Elio Galo, además de Prefecto, por su origen sirio, conocedor de su tierra, se interesara por la Botánica y de ello hablaremos en su biografía más adelante
Buscando orígenes de una medicina “ordenada” sabemos que Hipócrates fue un prestigioso médico griego https://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3crates del siglo V a.C. considerado “Padre de la medicina” y conocido por sus “Tratados” pero será en el Código de Hamurabi – 8000 años BP – asociada a la economía, se cita indirectamente la medicina “…se regula la Ley del talión, es decir, ojo por ojo y diente por diente. Si aplicáramos esta ley al cirujano que ha matado a un paciente, el castigo debería ser la vida, y, en cambio, el Código limita la responsabilidad a la mano, no a la vida del cirujano“
No obstante tendremos que remontarnos a Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.) para volver a encontrarnos con los inicios de la medicina de un modo ordenado, siempre asociada a religión y filosofía, – Aspectos sociológicos de la medicina en la época de Aristóteles – https://asclepio.revistas.csic.es/index.php/asclepio/article/view/724/1104#:~:text=Vista%20de%20Arist%C3%B3teles%20y%20la%20medicina%20%7C%20Asclepio&text=En%20su%20estado%20actual%20el,tom%C3%B3%20como%20objeto%20de%20estudio con descubrimientos tan importantes como “…sus trabajos embriológicos describió el primer signo del embrión (punctum saliens) y el desarrollo del corazón y los grandes vasos, sostuvo que los fetos no respiran por sí mismos, fue el primero en observar latidos cardiacos del embrión” (sic)
Claudio Galeno Nicon de Pérgamo https://es.wikipedia.org/wiki/Galeno, Pérgamo 129 d.C. – 216 d.C lo vemos seguidor de Hipócrates en la práctica de la medicina desde que a los veinte años obtuviera su reconocimiento como Therapeutes de dios Asclepìo en cuyo templo estudiaría, completando sus estudios en Alejandría. Por su conocimiento en el tratamiento de golpes y heridas mientras fue médico en una escuela de gladiadores goza de prestigio entre la nobilitas romana. Durante la peste Antonina – en la que fallecería el emperador filósofo Marco Aurelio – escribe las consecuencias de la misma y sus observaciones se reflejarían en su obra Methodo medendi sobre la curación que tanta importancia tendría durante mas de quince siglos. Cómodo, hijo del fallecido Marco Auirelio, lo llamaría a la corte donde serviría a la Dinastía Severa.
Pasarán cerca de cinco siglos para que se funde la “Escuela de Damasco” (706 d.C.) por iniciativa del califa omeya EL-Welid https://es.wikipedia.org/wiki/Walid_I#Biograf%C3%ADa , a quien se debe igualmente, según las fuentes, la fundación de hospitales que ofrecen servicios de manera gratuita a la población. https://es.wikipedia.org/wiki/Escuela_de_Medicina_de_Damasco, Es en el siglo X (931 d.C.) que se estableció la obligación de obtener título para ejercer de manera legar la medicina en sus diversas especialidades. Los conocimientos impartidos se apoyan en la Ars médica de Galeno, los Aforismos de Hipócrates así como el Tratado sobre las fiebres de Avicena, aunque según algunas fuentes clásicas, las contribuciones árabes, supuestamente, han sido pocas, algo que se irá contradiciendo con los avances y aportaciones que en los siglos VIII y IX sobre dietética, farmacología y cirugía surgen con el Califato de Bagdad, además del hecho de que en torno al año 632 d.C. médicos y exploradores compartieran los conocimientos de medicina de aquellos lugares.
Resulta curioso como un trastorno, no debido a castigo divino sino a una fastidiosa bacteria, afecta a todo el organismo a excepción de una parte del cuerpo que tiene su propio equipo defensivo, el cerebro, es capaz de provocar tal curiosidad que da motivo de conversación con mi amigo Elio Galo la próxima vez que le vea, allí en la ignota ciudad de Los Bañales donde reside y donde, siempre que me es posible, recalo para degustar un buen ientaculum básico: Huevos, buen queso, pan tostado con miel o aceite de oliva de la zona y si se tercia, vino y para terminar, aunque sea una costumbre bárbara, leche https://www.alimente.elconfidencial.com/gastronomia-y-cocina/2018-08-15/leche-barbaros-bebida-antiguedad_1604387/
Con todo ello, a pesar delas experiencias que los protocolos y burocracia imponen, me quedo con Aristóteles e Hipócrátes que hacia jurar a sus alumnos “No llevar otro propósito que el bien y la salud de los enfermos”
Mayo ¿Funesto?. No. Simplemente diferente a lo previsto.