Fundación de Roma expuesta por un niño
Eran las 11:00h, aproximadamente, del pasado día 20 de Junio cuando llegamos, dentro del circuito que organizamos para explicar la Ciudad Romana de Los Bañales, al espacio que fuera el Foro de la ciudad. El grupo de niños, en clara empatía con quien les guiaba, establecieron un turno de preguntas que giraban en torno a la fundación de Roma, allá por el 753 a.C.. Las rspuestas no se hicieron esperar.
A la cuestión planteada ¿Roma fue monarquía, república, dictadura o imperio?, casi al unísono, los niños dijeron: ¡Eso lo sabe Charlie!
Pero ¿Quién es Charlie?
Una mano se alzó cerca del guía y dijo: Yo. Bueno yo soy en realidad Carlos, pero me llaman Charlie y acto seguido afirmó tajante ¡Todo, fue todo!, a lo que siguió la narración de los hechos, tras una breve intervención del guía recordando a los etruscos, a los latinos… y otras pueblos en que se repartía el territorio itálico.
Charlie, como quien siente que se le ha interrumpido en su discurso, interviene de nuevo y comienza a hablar de ·…Rómulo, de Remo, de quien mató a quien y lo mal que le salió la jugada al vencedor, porque ya había conseguido fundar Roma y se encontró con que no tenían mujeres, por lo que atacó al pueblo de al lado y se quedaron con sus mujeres, para enfado de los hombres que vieron como ellas se marchaban con los romanos…”. En llegando a éste punto, ante la atenta mirada del resto del grupo y la sonrisa cómplice del profesorado, se estableció un turno de puntualización de los hechos, poniendo nombre y casi caras a los intervinientes en aquél tiempo fundacional de Roma, https://es.wikipedia.org/wiki/Rapto_de_las_sabinas, y ahí se seguiría todavía si no fuera porque había que seguir con la visita.
La reflexión que surge, ante el atropello que se vive a las Humanidades, es que la esperanza está en los niños y, como diría un profesor en otra reciente visita a Los Bañales, ” … siempre quedará el sentido común del docente que ve en la Historia un modo de conseguir la mejora de una sociedad, en base a no repetir errores pasados”.
Al final el guía no pidió el aplauso por su representación: Fuera de escenario solo tuvo palabras para agradecer tanto cariño como recibió de los niños, aconsejándoles que gusten de estudiar la Historia, porque conociendo el pasado, su felicidad futura se apoyará en el conocimiento de ella que le ayudará a comprender su presente.