Sieste en mi vida

Amanecer en Sieste

Querido Elio Galo, tiempo es que haga mención a un territorio de la Hispania Tarraconensis en tiempos de tu emperador Augusto. Se trata de la capital de la llamada Boletania, actual Boltaña, que en céltico significaría “bello país”, en la Comarca aragonesa del Sobrarbe – el que está situado sobre el Arba, E. Bascuas https://es.wikipedia.org/wiki/Edelmiro_Bascuas – y cerca de ella, Sieste, “lugar poblado con buenas vistas”, A. Pla Cid, Treserols, nº 9, Dicbre de 2004, C.E.S. https://www.cesobrarbe.com/treserols-9/,  poblado por los -vellauni, gentes de origen celta, confederados con los volscos, cuya capitalidad la tenían en Tolouse.

Mi presencia en tan alejado territorio respecto al Foro Gallorum romano donde habito actualmente se debió a una misión de trabajo hace, aproximadamente, ¿30 años?. Tendría que indagar en mi archivo fotográfico – que trato de recuperar ordenadamente para quien guste de saber de mi paso por tan maravillosa tierra – para centrar más la fecha, pero valga  el año 1994 como referencia.

Con éste recuerdo quiero iniciar el apartado de viajes de nuestro blog mododever.com. Y quiero comenzarlo así porque, aunque a ti te resulte extraño el lenguaje de mi tiempo, fue hacer las primeras fotografías – un lenguaje visual que establece relación entre personas y lugares – del Valle del Sieste y quedarme prendado del lugar, tanto como que, siempre he dicho, si un día me pierdo, deseo que sea aquí, en éste valle, entre sus gentes, en una tierra bendecida, la mires por donde la mires.

Sieste tiene muy poquitos habitantes desde antiguo. Si mal no recuerdo, en un censo de 1605 se sabe de la existencia de “seis fuegos”, o sea, seis familias – de las de antes: padres, hijos, abuelos… hasta la quinta generación – todos viviendo en la misma casa, en la misma hacienda, y que en la actualidad sólo la habitan de modo permanente no más de ¿10/12 personas? prevaleciendo en pie esos seis fuegos de que nos habla la Historia del lugar.

El Sieste por Margudgued

A no más dos kms de distancia de Boltaña por el camino viejo, se encuentra la población, que se abre a poblamientos como La Valle o San Martín, el más alejado, desde donde podremos acceder a una extraordinaria formación kárstica, a un cañon que nos recuerda su pasado fondo marino, esculpida por las aguas y el tiempo que nos permitirá acceder a su nacimiento en un corto recorrido, unos diez kms, hasta Barranco Fondo, donde una leve surgencia se abrirá paso hasta el río Ara, hasta Margudgued, afluente del Cinca, lugar en que  verterá sus aguas después de regar un valle que impresiona por su microclima.

Tierra habitada desde antiguo, https://www.todocoleccion.net/libros-segunda-mano-geografia-viajes/el-nacimiento-un-rio-sieste-vida-torno-agua-joaquin-latorre-abella-2007~x218563380, en su recorrido, envuelto entre la espesura de tupidos bosques, podremos encontrar restos de un primitivo templo dedicado a Dionisio – San Dionis cristiano – o el poblamiento de Belián, ¿templo? celta dedicado a Belenos, actual San Velián, donde se inicia la subida a Morcat que tanto tuvo que ver con la defensa del territorio contra la morisma entre los siglos X y XI, y que se verá flanqueada en dirección Ainsa, en la entrada del valle,  prácticamente en la misma cota, por la Ermita de la Virgen de la Sierra, lugar donde cada familia durante la romería anual que se celebraba, se acomodaba en torno del árbol que ellos mismos habían plantado, (El nacimiento de un río: el Sieste, ya referenciado), tierras y valle protegido, además, por la cruz de San Andrés, que emboscada, – nunca agradeceremos bastante a José Antonio de casa Barranco habernos llevado hasta ella –  nos permite ver todas los poblamientos del valle.

Me dicen, querido Elio Galo, que en el entorno de Boltaña se encontraron monedas romanas y otros restos que sitúan a Boletania en la Historia del Imperio.

Y tantas cosas más… Aunque no me resisto a contarte algo que nos acerca a tu tiempo, tal vez un conocimiento arcáico que no sé si es vuestro, tú me sabrás decir dada tu afición por la Botánica, o simplemente los celtas ya conocían ciertas propiedades de las plantas del lugar.

Te cuento como me lo contaron a mí en Yeba, localidad que se va recuperando del despoblamiento de los años 60´s y que se sitúa en el Valle de Vió, en la muga con el Parque Nacional de Ordesa, en la Pyrenne de Estrabón.

La historia dice así. Yeba se encuentra rodeada de altas montañas y tiene un único paso, la Cortada, que en invierno, con las primeras nieves, se cerraba dejando a todas las poblaciones del valle aisladas. El ganado debía ser estabulado y la posibilidad de pasto natural se reducía durante meses lo cual no dejaba de ser un problema para la cabaña animal. Los habitantes del Valle observaron que un parásito de los árboles ¿tal ver el muérdago?, debidamente macerado y dado a beber a los animales, evitaba que enfermaran por falta de vitaminas. Era normal, me cuentan, ver a los niños trepar a las copas de endebles árboles para recoger el preciado vegetal que salvaría el ganado.

Muérdago

Mi imaginación, mientras me lo contaban, iba viajando a la Galia, donde un irreductible poblado galo resistía el acoso de Julio César. Y veía a su druida Panoramix recolectando con la hoz de oro, en el bosque de los Carnutes, la planta que resultaba ser el ingrediente principal de la poción mágica…

Sobrarbe mágico donde las brujas celebraron su primer aquelarre en Maladiana, cerca de Gerbe, localidad a orillas del embalse de Mediano, junto al Río Lanata… ¡Cuantas vivencias disfrutadas en sus tierras!

Te contaré más, querido Elio, pues que Sieste provoca en mí emociones y recuerdos que sólo se saciaran cuando pueda vivir en él… si ello es posible alguna vez… deseo que, al menos dos veces al año, refresco visitando una tierra de la que sólo puedo contar bondades. Tal es la conexión que he conseguido con ella a través de su gentes.

Prometo contarte algo más sobre plantas medicinales de la zona que se utilizaban para mitigar males físicos cuando no de otra índole ¿Quién no ha probado el Anís de San Martín, o el pacharán de la zona macerado en la solana familiar? Lo dicho: Te seguiré contando historias y leyendas de ésta tierra.