Cantera de la zona residencial de Los Bañales

Presentación

Ir ordenando en el blog todo lo vivido – motivo principal de crearlo – durante las visitas que el autor guía al Yacimiento de la Ciudad Romana de Los Bañales https://www.facebook.com/LosBanales/– la posible Terracha de la que nos hablan las fuentes – en las Cinco Villas Aragonesas, es labor ardua. Son muchas las notas, y si no recuerdos, que permiten ir puliendo el contenido que se expone y que hacen de la visita un Aula abierta de Historia de Roma durante las mismas.

En éste apartado se recogerán ésas experiencias que resultan más interesantes a juicio del autor, centrándose en el contenido más que en poner nombre o caras a los protagonistas. Niños, adultos, estudiosos, legos en Historia, personas de toda condición se expresan libremente durante el recorrido y son sus comentarios o dudas materia que enriquece a todos.

Los cristianos rompen todo

Sucedió durante una visita colegial. Se había llegado a la Exedra de Pompeya Paula, dentro del recinto del Foro de la ciudad, lugar ostentoso por naturaleza. Todo ciudadano con alto poder económico, la élite por lo general, mostraba mediante estatuas o recintos específicos su admiración u homenaje a generales, emperadores o personas relevantes de la ciudad

Exedra de Piompeya Paula H.E.T.

La exedra presenta un espacio a modo de santuario, semicircular en la zona de pedestales dedicados dioses romanos o propios del territorio. Está flanqueada por la edícula de los Fabios y la Curia de la ciudad.

Ninguna muestra de estatuas votivas de éste recinto se han encontrado y parte de las inscripciones de los pedestales está borrado de forma intencionada, pues sólo se conservan partes de texto sin contenido pagano. Sobre ello habrá ocasión de escribir en el apartado correspondiente del blog.

Llegado el momento de explicar el posible significado de una tosca cruz que aparece al lado de la inscripción de quien promueve el espacio, Pomp Pulla (Pompeya Paula), una persona, interrumpiendo la explicación, dirigiéndose a los niños, manifestó de modo categórico: ¿Veis niños? ¡Llegan los cristianos y lo rompen todo!

Una persona que se unió al grupo – visitante esporádico que manifestó ser sociólogo de carrera en ejercicio – interrumpió el discurso, manifestando que toda sociedad, toda cultura, se apoya en la anterior de modo que nadie rompe nada, sino que, refiriéndose al cristianismo, éste sacraliza ritos y espacios paganos adecuándolos a la nueva doctrina del Imperio.

Primero los dinosaurios…

Tras cada visita que guío a los restos de la Ciudad Romana de Los Bañales, suelo repasar la actitud de quienes nos visitan. Normalmente ésta práctica me permite corregir estilo, ahondar en lo que realmente puede emocionarles, estudiar para informar mejor. Y siempre hay anécdotas, sobre todo de los niños.
En una ocasión reciente, nada más bajar del coche, porque vi su dinamismo, me acerqué a un niño de unos 5 años. Al preguntarle qué venía a ver, me dijo que un castillo.
Estaba viendo el Foro.
Me siguió diciendo que “está todo roto porque un meteorito explotó y destruyó toda la Tierra… con los dinosaurios… y las casas también”
– ¿A la vez?, pregunté.
– No, un poco antes los dinosaurios y después las casas, respondió.

En Julio… excavamos

En ésta ocasión es otro niño, éste de seis años, que visita el yacimiento de la ciudad romana de Los Bañales con su padre
Durante tres horas ha seguido la explicación de modo muy activo. Ora cogiendo una cerámica, ora una piedra, un hueso… y siempre, con una educación exquisita, pidiendo explicación de sus hallazgos.
Le he sugerido al final que por qué no le decía a su papá que lo trajera cuando estuviéramos excavando, a lo cual el niño, sin dejar de escudriñar el suelo, me dice:
– Sí, se lo diré a papá porque en éste momento estoy muy emocionado.
Ya en la despedida – ¿quién se acuerda de ésta conversación? – se me acerca el padre y me dice:
– ¿Cuándo excaváis?
– En Julio, le respondo

¿Qué vas a ser de mayor?

En aquella ocasión se trataba de atender la visita de un colegio y mostrar los restos de la ciudad de la ciudad a niños cuyas edades estaban entre los 7-8 años. Era un día de fiesta para ellos pasar el día en el campo y además escuchar un relato de romanos entre piedras milenarias

Por si no lo habéis deducido os digo que soy guía en el yacimiento de una ciudad romana: Los Bañales.

– Hola, buenos días. Soy Joaquín y tengo 73 años. Es mi modo de presentarme.

Y comenzamos la visita. A pesar de ser larga, unas dos horas y media, los niños se lo pasan bien porque es obligado que presenten sus dudas – ocurrencias en ocasiones – y que se les conteste siempre.

Pilarones del acueducto de Los Bañales

Hay un camino largo hasta llegar al punto emblemático de la ciudad: Los pilarones del acueducto con el que se abastecía de agua la ciudad. Son diez minutos de recorrido que permite hablar con algún niño al que se le ha visto con un interés distinto y en ésta ocasión mi interlocutor me dijo tener 8 años, que le gustaba ver “… programas de Historia y no las tonterías que ven mis compañeros”, me dijo.

-¿Te gustaría excavar un día?, le pregunté.

-Quiero ser arqueólogo, me contesto muy convencido.

-¿Ya piensas en qué quieres ser de mayor?, le dije y entro en una espiral de razones por las cuales justificaba su afirmación.

-Yo creo, terminó diciendo con una inusual madurez no exenta de candidez propia de la edad, que hay que pensar éstas cosas ahora. No todo son juegos y risas. ¿No crees?

-Está bien le dije, lo que pasa es que no es normal a tu edad plantearse éstas cosas.

-Pero Joaquín, me increpó, ¿Es que tú no has pensado que quieres ser cuando te hagas mayor?.

Y recordé que ya tenía 73 años. Y comencé a pensar.